Hoy muchas madres trabajamos desde casa en la modalidad del teletrabajo. Han pasado 6 meses de confinamiento para prevenir el contagio de coronavirus que ha provocado una gran crisis sanitaria en el mundo, esto llevó a la suspensión de todas las actividades presenciales tanto en lo laboral, productivo, como en las actividades educativas de nuestros hijos en escuelas, colegios y universidades.

En lo particular, tengo que decir que soy madre de una hermosa niña de 6 años y he tenido que distribuir mi tiempo entre el trabajo, ser mamá, ser profesora de mi niña y guiarla en las tareas, obligaciones del hogar y capacitarme aún cuando el tiempo para todas estas actividades resultaría muy corto.

Durante el confinamiento los días transcurrían pero  ahora debía multiplicarme para poder realizar todas las actividades, asistir a reuniones online, cumplir con mis clientes, las clases virtuales de mi hija y capacitarme por los rápidos cambios que se han producido durante la crisis del Covid-19.

En la nueva normalidad, mi día comenzaba a las 6:00 de la mañana preparando el desayuno, arreglando los dormitorios, arreglando a mi hija y dejando todo listo para las 8:30 empezar mi teletrabajo. A las 9:30 tenía que dejar todo de lado y convertirme en guía y tutora de las clases virtuales de mi hija, reemplazar al profesor motivándola a cumplir con sus tareas preparando los materiales y folletos con todas las tareas que realizaba mi niña. Mi hija recibía clases desde un dispositivo móvil, que a veces resultaba complicada su concentración ya que habían días que durante las clases yo debía cumplir con reuniones virtuales, pero lo logramos.

Llegaba el medio día y la hora de cocinar, preparar el almuerzo, por la tarde regresaba a mis actividades que se extendían hasta la noche para cumplir con lo programado en el trabajo en cada día.

Adicionalmente como profesionales tenemos que capacitarnos, hoy más que nunca por los rápidos cambios tecnológicos que están sucediendo en internet y que son más visibles por la pandemia para poder apoyar de la mejor manera a nuestros clientes y a través de la tecnología tratar de minimizar el impacto de la crisis.

Es así como ahora muchas madres de familia hemos visto afectada nuestra rutina que teníamos antes de la crisis. Hoy nos toca cumplir roles como ser maestra y guía de las tareas de nuestros hijos, ser emprendedoras, apoyar a nuestros clientes, cumplir con las las labores del hogar sin dejar de lado nuestra formación continua. 

A causa de la crisis de la pandemia otras madres han sido despedidas en el país o han visto afectadas sus horas laborales y sus ingresos. 

Si vemos a la crisis como una oportunidad hay mucho por recorrer, emprender nuevos proyectos, aprender y  apoyar a nuestros clientes, amigos y familia; desde luego cuidándonos del virus. Trabajemos de forma resiliente y recordemos la frase "detrás de cada crisis hay un beneficio igual o mayor".

Apoyemos a las madres emprendedoras que de las crisis salimos más fuertes y nos multiplicamos para cumplir con nuestras obligaciones familiares, nuestra carreras y nuestros trabajos que amamos.